NITRATO DE CHILE, UN CARTEL PARA LA HISTORIA

En esta ocasión voy a hablar sobre uno de los carteles callejeros más reconocibles de muchos de nuestros pueblos. Se trata como ya he adelantado en el título del anuncio de "NITRATO DE CHILE", un fertilizante natural compuesto por nitrato de sodio muy comercializado durante la primera mitad del siglo XX en España procedente de Chile, lugar en el que existían importantes depósitos de este material.

 
Cartel de "Nitrato de Chile" localizado en Trujillo (Cáceres, Extremadura)


La decadencia de la exportación de nitrato de Chile a otros países comenzó cuando Noruega decidió fabricar nitrato artificial, mucho más barato que el chileno dado que se empleaban medios electroquímicos para su fabricación, lo cual redujo notablemente el coste de la producción.

Al parecer, el autor de este diseño fue el un joven estudiante de arquitectura llamado Adolfo López-Durán Lozano, posteriormente catedrático de de Dibujo de Formas de la Escuela Superior de Arquitectura Superior de Madrid. Según se cuenta, el año de su publicación fue 1929.

Muchos de estos anuncios ya han desaparecido total y parcialmente. Normalmente los carteles de Nitrato de Chile estaban compuestos por azulejos de cerámica que le otorgaban ese sello distintivo.

El diseño gráfico de la imagen parece seguir las pautas del "Art déco" o "Arte decorativo", aunque con tintes propios. Si comparamos este cartel con otros ligados a este motivimiento artístico, vemos algunas similitudes a primera vista: texto claro y sencillo, gama de colores muy reducida, predominio de la línea sólida y el dibujo, los cuerpos están totalmente delimitados, es difícil distinguir el primer plano del fondo, etc.

Pero esta obra destaca, sobre todo, por su simpleza: un campesino a lomos de un caballo parece caminar sobre un sembrado. Sobre él, la firma: "Abonad con" y bajo él, la firma: "NITRATO DE CHILE". El fondo es de un color amarillo plátano que se asemeja muchísimo al color del cielo durante las últimas horas de primavera y verano.

Tanto el animal como el jinete están coloreados completamente de negro y solo están delimitados por una fina línea blanca. Esto, unido a la posición que adoptan las dos figuras, hace imposible distinguir si la pareja "viene hacia nosotros" o si por el contrario se "aleja".

Sin lugar a duda estamos ante uno de esos carteles publicitarios que han evolucionado hasta convertirse hoy en un auténtico símbolo de la sociedad del pasado y que conviene conservar como testimonio antropológico y cultural.

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